Cómics, historietas, tiras cómicas o chistes. ¿Cómo deberíamos llamarlos en Guatemala?
Cómics: Anglicismo aceptado por la Real Academia Española (RAE) y proveniente del inglés comic book.
Historietas: Proveniente del diminutivo en francés historiette, se utilizaba en el siglo XIX como una forma de referirse a una historia de poca importancia, breve o humorística.
Tiras cómicas: Del inglés comic strip, que se refiere más a los cómics impresos en periódicos.
Chistes: Del inglés funnies, que se refería a los cómics hechos principalmente de forma humorística.
Paquines o Pepines: México tiene una larga tradición de cómics y en los años 30 existieron dos revistas prominentes donde publicaban cómics de la época, tanto nacionales como de los Estados Unidos, se llamaban Revista Paquín y Revista Pepín y de allí surgieron esos nombres.
Tebeos: Es exactamente la misma fórmula, pero en España. Durante la misma época existió una revista que imprimía cómics para niños llamada TBO.
Muñequitos, Monitos, Comiquitas: Otras formas en que se les llama a los cómics localmente en Cuba, Nicaragua, Puerto Rico, Colombia, Bolivia y Venezuela.
Cuadrhinos: Proveniente de la descripción de la forma cuadrada o rectangular de las viñetas, esta es una forma común de llamar a los cómics en Brasil.
Fumettis: Proveniente de los globos o ‘nubecitas’ de los diálogos, así es como les dicen a los cómics en Italia.
BD (Bande dessinée): Literalmente banda dibujada o tira dibujada, es la forma en la que se identifican a los cómics de Francia y Bélgica.
Manga: Es un término creado por el famosísimo artista japonés Hokusai en 1814 para referirse a sus series de bocetos, ahora este término es utilizado para referirse a todos los cómics producidos en Japón.
Manhwa: Una variación de manga para referirse a los cómics producidos en Corea.
Manhua: Al igual que los dos anteriores, es una variación del término japonés para referirse a los cómics producidos en China.
Desde mi perspectiva y en mi opinión personal, creo que el término más correcto a usar en nuestro país es la palabra ‘cómic’, ya que es un anglicismo ampliamente conocido y que nos recuerda nuestros humildes orígenes en la industria del cómic guatemalteco.
Los primeros cómics fueron importados y provenían principalmente de Estados Unidos. Guatemala nunca tuvo una tradición editorial fuerte ni sostenible de cómics. Los más duraderos fueron los ‘chistes’ impresos en los periódicos y en el doble página a color de los domingos, que incluía puros títulos norteamericanos traducidos, como Círculo Familiar (Family Circle), Pepita (Blondie), Garfield, Olafo el Vikingo (Hägar the Horrible) , Los Melaza (The Lockhorns), entre otros.
Para mí, el término historieta suena, sin quererlo quizás, peyorativo, y novela gráfica es muy específico de un formato auto-concluyente en una sola entrega, es decir, una historia que empieza y termina en un único volumen. ¿Cómo les decimos entonces a esas historias serializadas, en entregas, ya sea en formato de grapas o en webtoons?
Para mí, la palabra cómic, es sólida, nos recuerda sus orígenes en los periódicos de 1895, su evolución a través de los años, su estructura narrativa secuencial, los grandes reconocimientos que ha recibido, como el Pulizter en 1992 entregado a Maus, un cómic serializado y publicado en la revista RAW.
Cómic es una palabra versátil que puede describir cómics independientes y cómics industriales, cómics de diferente temas y géneros, cómics de larga duración o de un solo capítulo, cómics impresos en papel o digitales, y así todas las variaciones que te puedas imaginar.
Cómic, también es una palabra cargada de legado, historia y tradición. En lo personal, me llena de orgullo poder decir que mi cómic Yun Yun y Nuki: Exterminadores Paranormales forma parte de la historia del Cómic Guatemalteco y del Cómic latinoamericano.